Microrrelato: Etérea

Siempre le había gustado la palabra «etéreo». Describía a la perfección aquello que no lograba entender, lo que parecía no tener sentido, lo indescifrable.

Era ya bastante tarde, el sol la había abandonado hace rato. Estaba caminando sin rumbo, siguiendo un pensamiento que estaba enredado desde el instante en que emergió por primera vez. Lo había pensado, una y otra vez, desde todos los puntos de vista posibles, tomó en cuenta todas las posibilidades. Lo había racionalizado, lo había evadido, trató de descifrar los sentimientos que llevaba ahí escondidos. Se preguntó si todo aquello había hecho alguna diferencia.

Siguió caminando. El agua tocaba sus pies a ratos. La arena le regresaba a la realidad. Levantó la cabeza y miró las pocas estrellas que se podían ver. ¿Cómo deshacerse de algo etéreo? 

Quizá, solo quizá, no se trataba de encontrar la razón o un por qué a lo que le rodeaba, sino aceptar aquello. Entender que venía de hace tiempo, de hace tantos años que no podía ya haber un culpable, ni responsable. Eso había formado parte de su desarrollo, de cómo se definía.

Blueberry

14 comentarios sobre “Microrrelato: Etérea

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