Odiaba leer ese tipo de líneas en donde el objetivo es explicar cómo deberías vivir, el método mágico para ser feliz, valiente y el supuesto sentido la vida. Como si el desorden mental fuera el mismo en todas las personas y como si todos nos encontráramos con las mismas dificultades y oportunidades, con las mismas preguntas y fantasías.
Líneas y páginas donde aquella persona que jamás te conoció intentara indicarte la forma de ser y sentir.
Pseudointentos de conquistar una idiosincrasia no comprendida cuyo único fin sería engrandecer y cuasi validar a quien escribe…
Jamás creí que frases positivistas y motivadoras generaran un cambio en alguien. El objetivo siempre será generar reflexión y preguntas sobre el propio caos en el interior del lector… de ahí seguirá algún cambio, que cada uno llegue a su propia respuesta…

-Blueberry
En una época muy dura de mi vida, me ayudó muchísimo, pero yo creo que también tiene que ver con la fe que nos tenemos en nosotros mismos, si tú quieres estar bien, buscarás las herramientas que mejor te convengan. Para poder llegar a la actitud, perserverancia, convicción, plantearte qué puedes hacer para cambiar aquello que sí puedes, y por consiguiente, mirar dentro. Puede incluso que a lo mejor le guste estar mal. Entonces, ¿Entramos en zona de confort? ¿Miedo a los cambios? No es fácil salir de una etapa dura. Por eso cada vez que estoy mal, me pregunto ¿Quiero cambiarlo? ¿Puedo cambiarlo? Y otras , simplemente nos anticipamos y le damos más vueltas a algo que quizás, no es tan grande o grave. Pero en mi humilde opinión, nadie sabe los zapatos que cada uno rompe.
Me encanta cómo dejad lugar a la reflexión. Saluditos blueberry!! Ya bacia mucho Qué no pasaba por aquí. Merecida estrella.
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Guay!
A mí me parece que el mundo está lleno de personas «salvadoras».
Lo curioso es que siempre están intentando «salvar» a los demás. Nunca a ellas mismas.
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Interesante reflexión.
Gracias!
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Reblogueó esto en RELATOS Y COLUMNAS.
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No sé si estoy de acuerdo en este caso. Cuidado con los ideales sectarios, eso sí. Es decir, cuidado con aquello que se inocula fácilmente sin filtro alguno .En general, cualquier instrumento, ya sea en papel impreso o mediante práctica personal, que suscite en nosotros una inquietud intelectual, una necesidad de explorar ese desorden interior es un buen recurso para la reflexión, la introspección y el auto-descubrimiento, depurar lo que hay bajo alfombra y no conformarse con los paliativos externos de carácter provisional. Si en ese proceso perdemos la autonomía, se interpone la admiración o identificación exacerbada con el transmisor, de modo que el contenido se convierta en un pretexto para el contacto con el grupo o individuo que lo representa: cuidado. La idiosincrasia no deja de ser un vehículo más, lo importante es el beneficio que esto produzca en el interlocutor.
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Brillante y sensata entrada! En la Indivisibilidad de ser humano; un@ solo puede resolver su caos con una introspección profunda hacia propio ser en toda su completud. L@s sugerencias o expresiones externas para lograr dicho objetivo; a veces genera la improvisación de personificar en si mism@, lo que un@ jamas será. Un cálido saludo.
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Al final, si ni siquiera puedes confiar en conservar más recuerdos que las estrofas de una vieja canción. ¡Más nada!
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Muy interesante punto de vista, y muy válido. Sin embargo, considero que lo podemos completar. Es verdad, no deberíamos ir conquistando idiosincrasias, como dices, porque la misma palabra lo indica: ídios en griego apunta a aquello que es propio de un individuo (por extensión, de un colectivo). La idiosincrasia es mía o, por último, común a los distintos grupos humanos a los que pertenezco (mi familia, mi país, mi religión, etc.). Pero nadie me la puede transmitir y peor imponer: yo la construyo mientras voy viviendo.
Me subo en hombros de gigantes, como decía Newton, y miren que la ciencia no sería la misma sin él. Soy lo que soy gracias a lo que los demás me han dado porque me he moldeado con altos ejemplos. Pero la decisión ha sido siempre mía, pues -a la final- soy yo quien ha elegido libremente. Me moldeo aprendiendo de los demás.
Ese equilibrio es el esencial. Yo mismo encuentro el sentido de la vida, pero tengo guías que me ayudan en esa labor, la más importante. Reconocerme es también reconocer mis influencias.
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Algo más. Me encanta cómo escribes. Y me dieron ganas de escribir un artículo sobre esto. Gracias.
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