Microrrelato: Condenada a no mirarse

Había probado de todo para amortiguar el cansancio, desde tés con sabores desconocidos, hasta sustancias divertidas. Pero el tiempo pasaba y parecía que nada cambiaba profundamente. El cansancio ahora se fusionaba con un hastío efímero. Las distintas sensaciones se mezclaban en la piel, haciéndolas casi indistinguibles.

Era fácil identificarla. Caminaba ligeramente hacia adelante, a veces hacia un lado y en otras hacia el otro. Acompañada regularmente de una sonrisa. Lo lograba. Era casi imperceptible tanto desaliento.

En realidad sería difícil decir cuando comenzó a culpar a la vida, a los otros, a lo que fuera que estuviera externo a ella. Era más fácil de ese modo. Así no se encontraría con ella misma como responsable de las dificultades en los años.

A veces era amable, y otras simplemente parecía un enemigo rígido, autoritario, culpígeno. Era ya natural la crítica en su vocabulario, como si fuera un pecado en los otros no pensar su pensamiento. La dificultad para reflexionar y ver a las demás personas con propios pensamientos y perspectivas parecía algo borroso a sus ojos, terminando por nublar su juicio.

Había ya tanta contradicción en su comportamiento que terminaba dando gracia a quien lo presenciaba, aunque claro, había muchos que lo creían y aceptaban. Hablaba de felicidad, de fortaleza, de amor infinito, de florecer y ser valiente. Hablaba de tal virtud como si ni siquiera existiera la agresión en sí misma. Se creía alguien cuyo pensamiento es profundo y verdadero. Decidiendo no ver la realidad de las consecuencias de sus acciones y comportamiento en la mente de los otros. Agrediendo, aunque fuera de forma indirecta, a quienes no satisficieran sus deseos. Persiguiendo. Insistiendo a quien ya no la deseara más.

Al borde de las emociones y la intensidad. Condenada a no mirarse e intentar tratar de ver lo que aún no podía ver.

No. Su pseudo felicidad no convencía siempre. La realidad la seguiría golpeando.

Lo intentaba, quizá…

Realmente lo intentaba…

Hay una historia

“Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón por la que son lo que son. No es tan solo porque ellos lo quieren. Algo en el pasado los ha hecho así, y algunas veces es imposible cambiarlos”.

Microrrato: Un suspiro

Un suspiro irrelevante. No significaba nada más que una mecánica exhalación. No, no como esos suspiros profundos cuando la piel parece despertarse y logra revivir sueños, caricias y hasta historias. Solo un suspiro ordinario. Una mera reacción biológica.

Era fuerte reconocerlo, pero sabía que eso representaba para esa persona, mientras que para él no era de aquella forma. En el fondo de su conciencia esa figura tenía el significado de toda una novela entera.

No coincidían.

Suspiró. ¿Quien niega una mirada? ¿Quien niega el humano deseo de ser visto y sentido? No encontraba una agresión tan profunda como aquella. Cerró los ojos. Alguien que representa lo mismo que un suspiro mecánico. Ni siquiera se piensa más allá…

-B

Microrelato: Nadie viene en blanco

Era más fácil andar por la superficialidad, donde la negación de la realidad promete un toque de tranquilidad y otro de paz. Anhelaba un amor sincero y puro, como cualquiera que había leído en cientos de libros y cuyos finales suceden exactamente como en la imaginación. Libros, donde la intención era amortiguar, idealizar… prometer, jamás profundizar ni ver la realidad.

Quizá, años faltaban para ver más allá, para entender. Había sinceridad, no obstante, parecía aún perseguir idealización y amores románticos infantiloides con intentos de reciprocidad, que más bien se caracterizaban por su función de ser una extensión narcisista, satisfaciendo solo su Yo. Quizá aún no era siquiera consciente de ello. No, aún no lo veía.

Fantaseaba con una mirada transparente, que hiciera encajara todo con naturalidad. Como si el amor fuera algo simple, como si bastara y viviera de las coincidencias de la vida. Y como muchos, su búsqueda se dirigía a alguien en el mismo camino y dirección.

Aquella búsqueda omitía el hecho de que cada uno lleva en la piel una historia diferente, que cada persona carga siempre fantasmas. Fantasmas que no se refieren a problemas que atormentan, sino experiencias, vivencias y pensamientos previos que ningún ser humano puede evitar. Nadie vive sin fantasmas, y el problema era ese, ni siquiera poder reconocerlos y vivir en una negación infantil.

Y de eso se trataba las relaciones maduras y profundas que tanto decía anhelar: ver que cada participante siempre traerá consigo fantasmas, imaginación y diálogos internalizados previos, donde el objetivo es verlos, coordinarlos y mediarlos; construirlos con sus respectivas bases individuales ya establecidas.

Ver que cada uno trae consigo un montón de memorias que motivarán ciertas acciones, y que nadie vendrá en blanco, sin peso. No habrá más que coordinar y construir.

Nadie viene sin la compañía de sus sombras, perspectivas e idiosincracias para entender la realidad y defenderse contra lo que sea que despierte ansiedad y preocupación. Y quizá su tarea ahora era intentar observar y observarse.

-Blueberry

De expectativas

Porque estamos programados para aprender de lo ajeno de nosotros, anticipamos el comportamiento del otro. Aprendemos a desarrollar expectativas y así poder organizar nuestro comportamiento en torno a ello.

Porque las expectativas, la anticipación de la intencionalidad de los otros, nos ayuda a organizar el mundo y a nosotros mismos. Esas expectativas y diálogos internos no desaparecen, ahí estarán, quizá se transformarán con el tiempo.

Hay quienes no lo ven, y van buscando personas transparentes y en blanco, como si aquello fuera la naturaleza humana.

Lo importante es ser conscientes de nuestra forma de ver el mundo, de lo que tendemos a anticipar de las personas o situaciones y cómo reaccionamos y nos sentimos en base a ello. Ver nuestra propia forma de reflexionar que h surgido de nuestra historia.

Relaciones objetales, modelos operativos internos, los llamarían algunos psicoanalistas…

-B

Vamos a mirarnos

Vamos a aprender a ver lo que aún no podemos ver,

A comenzar a cuestionar nuestra propia perspectiva y reconocer que siempre hay más y hay diferente, aceptar que las respuestas no siempre están dentro de nosotros.

Vamos a cambiar las miradas y resignificar las historias que nos sostienen.

No vamos a mirarnos de nuevo, vamos a mirarnos una vez más…

B

Microrrelato: Definirse

Era una tarde amena, con café y pensamientos que vagaban de un lado a otro. Se miraban amablemente. El humo del tabaco parecía  acercarles mas, fomentando la intimidad. Ella parecía hablar para ella misma, a veces olvidando que su acompañante poseía una mente ajena a ella, y que por ende era incapaz de seguir el hilo de sus pensamientos. Aseguraba ser un alma libre y dispuesta a vivir. Refería la atrocidad de algún día llegar a definirse, ya que ello la limitaría. Como si la definición excluyera la flexibilidad.

Su compañero la veía tranquilamente, era evidente que ella simplemente no quería ver, sin embargo, él solo estaba ahí como espectador y sabía que no era el momento para intentar hacerle ver. Nadie que no sea capaz de aceptar que hay cosas que no logra ver, puede escuchar y asimilar comentarios externos.

Por su parte él pensaba en lo que implica definirse. Había sido incluso todo un proceso para el, le había tomado un par de años y había llegado a una definición. Claro, dicha definición se encontraba siempre abierta a cambios, era flexible y se adaptaba a las circunstancias de la vida y a nuevas interacciones.

Había construido su propia definición poco a poco. Aquello había acentuado su identidad: reconocía qué eventos, personas, relaciones, habían impactado en su personalidad positiva y negativamente. Había identificado al menos algunas cosas que habían favorecido a sus inseguridades, miedos  y dificultades. Lograba ver las distintas tendencias a manejar las dificultades de la vida, favorables y otras no tanto.

Ahora tenía la certeza de saber quién es: sus aspectos positivos  y negativos, de lo que es capaz y también todas sus limitaciones. Sabía la forma en que tendía a ver a las personas: generalmente como personas buenas, no obstante, sabía que en ocasiones llegaba a distorsionar un poco: en momentos tenía terror  de sentir que no fuera a ser suficiente para otros, que lo fueran a dejar.  Y la importancia de definirse radicaba en que sabía qué es era una distorsión suya, no la realidad. Y el  conocer eso de él mismo era un amortiguador y organizador  de  su realidad…

La veía  frente a el  con una mirada suave. Pensaba en su propia historia y el camino que recorrió para conocerse de verdad. Había sido en momentos doloroso, pero ahora en retrospectiva agradecía cada segundo. Ahí estaba su acompañante: segura de que era valiente y fuerte. Era cierto, pero había tanto que no quería ver, o simplemente no podía ver aún. Quizá, no definirse le ayudaba a no reflexionar sobre ella misma y todas sus experiencias, lo cual sería demasiado doloroso. Quizá, simplemente no era su momento para verse de frente realmente. Quizá, algún día llegaría a definirse  y comprender su mundo interno a profundidad. Por el momento, solo quedaba escuchar y sonreír…

-B

Quizá

Quizá en otros sueños todo sea diferente. Quizá los diálogos salgan como los anticipamos y los abrazos se acomoden naturalmente.

Quizá en otros sueños no tengamos porqué defendernos contra la amargura. Quizá en otro tiempo no nos defendamos con fantasmas que parezcan no desaparecer.

Quizá en otros sueños solo nos quede ser…