Somos creadores de realidades

Explicaciones. De eso se trataba todo. De entender y comprender. De obtener un sentido. Siempre lo había impulsado el deseo de descifrar. Llegar al objetivo.

Pero en el proceso se perdió, olvidó que somos creadores de realidades.

Jamás llegaría a la explicación final de lo vivido. No existe.

Tanto tiempo tratando de descifrar, que se aferró sin saber, a un enredo de una subjetividad sin fin.

Solo le bastaron cientos de lágrimas para asimilar que se trataba de reimaginar y de conciliarse con sus recuerdos. Que ellos jamás se irían. Se quedarían en la mente, como un eco, a lo lejos, casi siempre presente.

Suspiró. Obstinado en la idea de llegar a la explicación lógica, negó que la otra persona también era autora de su realidad. ¡Claro! Cada uno lo había vivido diferente. Las mismas palabras las sintió cada uno de tal forma tan particular en la piel… Y era eso. Que uno nunca podría saber a qué le supo a la otra persona todas esas frases y suspiros. Nosotros le damos ese significado, lo creamos. Somos autores de nuestra realidad, no de la realidad de los demás.

Había ya pasado tanto tiempo, incluso había intentado dejar de pensar, no tenía más sentido. Había tratado de analizar cada mínimo instante y palabra dicha en aquel entonces. Cada movimiento, cada roce de piel, cada posible intención.

Era agotador.

Palabras se habían adherido al presente. Ya no podía enloquecer.

No existían verdades absolutas. Existían historias. Las historias que podíamos narrar sobre nosotros mismos, aquello que nos daba un sentido.

-Blueberry