Está bien no estar bien

Olvidamos que somos vulnerables, y eso está bien.

 
Somos seres humanos, y con ello viene cierto grado de vulnerabilidad. 

Sí, soy creyente de que siempre debemos encontrar la forma adecuada de superar las situaciones adversas: siempre habrá algo más, siempre habrá más formas, más pensamientos, más visiones.

Pero a veces, la realidad nos obliga a reconocer que no siempre podemos tolerar tanto en tan poco tiempo. Necesitamos un descanso, cerrar los ojos, respirar y aceptar que está bien no estar bien todo el tiempo. Reconocer que somos seres humanos, y con ello, viene la vulnerabilidad. Está bien reconocer que no siempre es fácil, que la realidad a veces duele y fatiga, fatiga mucho. Está bien reconocer que parece que el túnel pareciera no tener fin. Está bien reconocer la sensación de estar parado, sin ver la salida. Es de humanos reconocer ese dolor y la dificultad que podamos estar pasando, saber sentirlo y expresarlo.

Habrá cicatrices siempre. Y no hay nadie exento de ello. Algunas dolerán más que otras, algunas quizá se borraran con el paso del tiempo, otras permanecerán, sin dolor, pero como memoria. Las heridas no desaparecen al ignorarlas, sino al reconocerlas y cuidarse uno mismo, cuidarse en compañía. 

Está bien reconocer esas heridas, el dolor y la dificultad. Porque solo así podremos seguir adelante, y afrontar lo que sea que venga. Porque tengo la sospecha, que no hay nada en el universo que no podamos sobrepasar, por más doloroso e intenso que sea.

Está bien no estar bien todo el tiempo.





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26 comentarios sobre “Está bien no estar bien

  1. La exuberancia del erial o el erial de la exuberancia, el dilema entre ser y tener al que nos empuja la presión de sociedades mercantilizadas; en este caso, entre ser y parecer, que es una forma de tener lo que no somos. Qué importante es la ruta del bereber, nadie como él reconoce los espejismos.

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  2. Es saludable tener esa conciencia de la vulnerabilidad que viene con ser humano. Me enferma ver qué estemos retomando de manera tan agresiva el positivismo en todos lados sin siquiera pensar si eso no es peor que simplemente ser, en las buenas y en las malas

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  3. «…La vida, a la que tememos tanto y justificadamente, también nos hiere, nos empapa en un rocío de sal que puede ser infinito, pero cesa, y cuando cesa, la luz nos ciega, los colores vibran, la piel se calienta, y la energía que habita en las almas más bellas, se cuela por los poros y nos invade, cual samsara, envuelta en dicha.​»…

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  4. Me gusta esta parte porque justo acabo de terminar un escrito sobre los hechos ofensivos. EN él demuestro que la venganza es absolutamente vana y que el único remedio que nos queda es apechugar con lo que hemos vivido y justo esta parte de tu texto lo explica maravilosamente bien. «Habrá cicatrices siempre. Y no hay nadie exento de ello. Algunas dolerán más que otras, algunas quizá se borraran con el paso del tiempo, otras permanecerán, sin dolor, pero como memoria. Las heridas no desaparecen al ignorarlas, sino al reconocerlas y cuidarse uno mismo, cuidarse en compañía.»
    Saludos

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  5. Me gustó mucho y me hizo acordar a los libros de Byung Chul «la sociedad del cansancio» y «la agonía del eros» donde explica que hay una tendencia de que no se puede no poder, porque si siempre tuviéramos que estar bien, porque queda mal. Nada, está bien sentirse mal y respetar ese estado. Saludos

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  6. Me gustó mucho. Muy útil en estos tiempos del virus.
    Crecimos en una cultura que busca disimular las fallas. Los medios usan muchos eufemismos y ocultan información para que sigamos creyendo que vivimos en un mundo feliz. Ahora hablan de la pandemia con un tono de festivo optimismo que puede confundir.
    «Un mundo de sonrisas falsas», dijo alguien. Y much@s nos sentimos culpables, fallados, por no alcanzar esa alegría permanente que vemos en TV.
    Estaba preocupado porque a pesar del antidepresivo tenía días malos, y el médico me dijo «nos pasa a todos, es la vida».

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  7. Reblogueó esto en En la diversidady comentado:
    Habrá cicatrices siempre. Y no hay nadie exento de ello. Algunas dolerán más que otras, algunas quizá se borraran con el paso del tiempo, otras permanecerán, sin dolor, pero como memoria. Las heridas no desaparecen al ignorarlas, sino al reconocerlas y cuidarse uno mismo, cuidarse en compañía.

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  8. Me encanta lo que escribes. He descubierto hoy tu blog y pienso leerlo todos los días. Escribir se aprende escribiendo. ánimo, que lo estás haciendo muy bien. y me alegra que no tengas ningún reparo en decir que eres creyente. Si ningún tipo de complejos debemos ahogar el mal que existe hoy día en el mundo con abundancia de bien. Y es lo que tenemos que hacer los creyentes: sembrar el bien. Un afectuoso saludo de Jesús.

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  9. Brillante entrada! Una más que apropiada descripción de que el ser humano, está sujeto a imponderables que no puede prever. Una reflexión que les servirá a much@s. Un cálido saludo.

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  10. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Expresado, además, con un lenguaje sencillo y claro. Pienso que debemos hacer un esfuerzo para gestionar en cada momento las circunstancias -buenas o malas- que nos tocan vivir, de la mejor manera posible pero sin pretender o exigirnos estar siempre bien porque ello no es ni posible ni saludable. Edgar Cabanes, en su libro Happycracia, que recomiendo- viene a hablar de una «tiranía de la positividad», no me acuerdo si lo dice con esas mismas palabras.

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